Cuando llega la noche, en La Granja, da comienzo el concierto, pero no es un concierto de música, ni de canto, es... íde bostezos! Después se apagan las luces y todo queda en silencio. Aunque... no siempre.
Anita y Simón están entusiasmados con la llegada de los nuevos vecinos. Les preparan un enorme bizcocho de bienvenida para que se sientan acogidos, pero resulta que los vecinos no se alegran nada al verlos llegar. De hecho, ¡intentan acabar con ellos!
Ha sido un accidente, lo prometo: yo no quería mojar el libro. El libro que no es un libro. Y tampoco quería leerlo, en serio. Eso también ha sido un accidente. El caso es que quien lo ha escrito tiene un problema bien gordo... ¿Y ahora qué hacemos?
Ha sido un accidente, lo prometo: yo no quería mojar el libro. El libro que no es un libro. Y tampoco quería leerlo, en serio. Eso también ha sido un accidente. El caso es que quien lo ha escrito tiene un problema bien gordo... ¿Y ahora qué hacemos?
Un vecindario aparentemente tranquilo se ve de repente revolucionado por la disputa entre el señor Col y el señor Tristán. Esta historia rocambolesca narrada por Roberto Aliaga e ilustrada por Miguel Cerro nos demuestra lo absurdos que podemos llegar a ser por un simple enfado. Una verdadera lección de vida cuyo final no tiene desperdicio.
¿Sabes que un camaleón puede cambiar de aspecto y de color? Tal vez por eso, la mamá de Vito Camaleón le apuntó a una escuela de gatos, pensando que podía hacerse pasar por uno de ellos. Según ella, los gatos son más elegantes que los camaleones… ¡Pobre Vito Camaleón!